En muchas casas donde los perros son considerados parte
fundamental del núcleo familiar, decidir dónde deben dormir durante las noches
frías va mucho más allá de una cuestión de comodidad o hábito. En esa elección
también entran en juego factores relacionados con el bienestar físico del
animal. Sin dudas, no es lo mismo un perro joven y activo que uno mayor o con
alguna condición de salud: cada caso requiere atención particular y cuidados
adaptados a sus necesidades.
Cómo identificar que
el perro está pasando frío
Por lo que dieron a conocer en el sitio web especializado
ExpertoAnimal, uno de los principales síntomas que indican que un perro está
sintiendo frío son los temblores, una reacción natural del cuerpo para generar
calor. Pero no es la única señal a tener en cuenta: si el animal respira más
lento de lo habitual, se mueve con menos energía, duerme más de lo normal o
muestra cierta rigidez, también puede estar atravesando una situación de baja
temperatura corporal. Además, en muchos casos se observa piel reseca,
especialmente en razas sin pelo o de pelaje muy corto, que son más vulnerables
al frío. Por ende, estar atentos a estos signos es clave para actuar a tiempo y
evitar complicaciones en su salud.
Cómo protegerlos
durante el invierno y dónde deben dormir
Durante los días fríos, lo más recomendable es que los
perros duerman dentro del hogar, en un espacio cálido y protegido, donde puedan
conservar el calor corporal y evitar enfermedades asociadas a las bajas
temperaturas. En caso de que habitualmente duerman en el jardín, es importante
considerar trasladar su cama al interior, aunque sea de manera temporal, para
cuidar su salud y bienestar. Si no se dispone del espacio suficiente para
hacerlo, entonces será fundamental que el perro cuente con una casita bien
cubierta, aislada del frío y la humedad, con abrigo, cama elevada del suelo y
acceso restringido al viento. Sin embargo, siempre que sea posible, la mejor
opción será permitirles dormir adentro.