A los 76 años falleció Sergio Lerer, actor
que trabajó en reconocidas tiras como Los
Simuladores, Todos contra Juan, Casados con hijos y Peor es nada, entre otras. Así lo comunicó la Asociación
Argentina de Actores a través de un posteo en redes sociales: “Con profundo dolor despedimos a nuestro
afiliado, el actor Sergio Lerer, quien desarrolló una amplia trayectoria en
teatro, cine, publicidad y TV”.
“Fue un activo difusor del teatro y la
música judía. Acompañamos con afecto a sus seres queridos”, sentenciaron. En
la famosa tira de Telefé protagonizada por Diego Peretti, Alejandro Fiore,
Federico D´Elía y Martín Seefeld, Lerer
se ponía en la piel del policía Pancino. En una entrevista que data del
2020, el artista reconoció que, tras firmar el contrato, le agarró miedo por el
desafío que representaba: “Me pegué tal
susto que contraté una coach maravillosa para que me ayude, necesitaba una
madre”.
Cabe
destacar que Sergio también tuvo una extensa trayectoria en el cine, donde llegó a compartir el set con figuras
internacionales como Madonna, en el film Evita,
y Brad Pitt, en Siete años en el Tíbet.
Las dos películas se filmaron en Argentina en 1996. En su perfil en la red
social X (antes Tiwtter) Sergio se describía como: “Psicoanalista, actor y profesor universitario. Peronista de cuerpo y
alma”. Además, expresaba: “Me
divierte ir a los cafés a estudiar y militar en el Asociación Argentina de
Actores”.
Lerer también fue cantante, traductor y
docente de hebreo, y había heredado el amor por el arte de su padre, quien
había sido actor en Polonia. Su madre, por su parte, era ceramista. Según
la biografía publicada por la Asociación, el
actor empezó su carrera actuando en el grupo filodramático del “TES”, donde
protagonizó obras clásicas bajo la dirección de Samuel Rollansky.
Además,
combinó su faceta de actor con la de
cantante, ofreciendo números musicales en idish dentro de espectáculos de
café-concert, stand up y eventos culturales de la comunidad judía. En 2020,
mientras atravesaba la pandemia, Lerer hizo una entrevista para la web Nueva Sión, de la comunidad judía
argentina, y señaló: “Tengo la suerte de
que puedo hacer lo que quiero. Me avivé de chico, en la adolescencia descubrí
la felicidad de ganarme los mangos en lo que me gusta: psicoanalizando,
actuando, enseñando, traduciendo”.
“Aunque soy afinado no tengo una gran voz,
pero me gusta mucho cantar y en ídish me le animo a cualquiera. Traduje
entre sesenta y setenta canciones, tengo
el alma en ídish”, reconoció en otra parte de la nota.
También habló sobre su pasado y recordó: “Viví años en el bar La Paz, era un vago, un atorrante que entraba a las 8 y salía a la madrugada. Esa fue una escuela de vida donde conocí a mis amigos (el escritor) Quique Fogwill, (el psicoanalista y escritor) Germán García y (el sociólogo) Eduardo Grüner. De los primeros fui asesor en cultura judía, formé parte de Descartes”. ”Fui un nene de mamá y en La Paz aprendí filosofía, dados, timba y la poesía cruel de no pensar más en mí”, concluyó.