Fernanda Metilli, reconocida actriz y comediante
y pareja del bahiense Soy Rada, atraviesa uno de los momentos más difíciles de
su vida. Metilli desnudó su dolor en las redes sociales, donde compartió un
mensaje lleno de sentimiento y ternura tras la muerte de su padre, ocurrida
poco tiempo después del fallecimiento de su madre. Sus palabras brotaron como si estuvieran arrancadas de lo más profundo
de sus entrañas: “Y sí… exactamente
dos meses después te fuiste con La Mary. El gran amor de tu vida. 65 años
juntos”, expresó, con una mezcla de incredulidad y melancolía, evocando el
amor inquebrantable que unió a sus padres por más de seis décadas.
El
duelo se siente doble, imposible de acotar: hace apenas semanas debió despedir a su madre y ahora el vacío crece
con la partida de “mi papá Gordo, mi bebé Gordo Gigante”, como lo llamaba con
ternura. En sus palabras se percibe el desgarro de una hija que se queda
sin sus pilares: “Voy a extrañar jugar
con vos”, reveló, con un sentimiento quebrado por la nostalgia.
Fer no
evadió la ironía del destino, esa que parece empeñarse en poner a prueba a las
almas sensibles. Con humor y dolor
entrelazados, imaginó el diálogo de sus padres, como si su madre hubiera ido a
buscar a su compañero eterno: “Ya sabemos, mamita, que fuiste vos… ‘Dale,
Osvaldo, vení, así no jodemos a los chicos’”.
En ese
entramado de recuerdos y ausencias, también incluyó a su hermano para mantener
viva la memoria de ambos: “Somos sus
legados, Federico Metilli, qué viejitos hermosos tuvimos”. En medio del
dolor, brotó la gratitud: “Gracias
infinitas por la calidad humana de las doctoras Magalí Banegas y Paula
Martínez. A todas las enfermeras del piso 3 de la Clínica Chacabuco, y al
equipo de cuidadores más hermoso del mundo, que acompañaron a mis papás: Clau,
Vero, Alejandra, Edu, Pao, Sonia y Anahí”. Mencionó a cada uno como si en
esa enumeración pudiera devolverles un poco de lo que dieron. El agradecimiento
se extendió, cálido y sincero, hacia la familia, los amigos, las parejas -Gaby
y Agus- que estuvieron al lado suyo y de su hermano en los peores días: “Gracias por sostenernos y acompañarnos”.
Entre
las líneas, aparece el tributo a sus
equipos de trabajo, a los compañeros que con comprensión y humanidad la
cubrieron y le permitieron cuidar a los suyos: “Sin su apoyo, yo no podría haber estado presente”. El listado se
vuelve plegaria: 100 Bares, Las chicas de la culpa, Juan José, Edu, Maru,
Gastón.
El eco
de sus palabras encontró respuestas llenas de empatía y amor: “¡Fer querida! Qué lindos los papis. Mis
mejores deseos y un abrazo enorme”, “Nos queda el recuerdo de quienes nos
abrazaron en lo doloroso, y eso hace valiosa la vida en los momentos de mayor
despojo. Te abrazo y ojalá te llegue muchísimo amor”. El dolor se vuelve
comunidad, red de afectos, abrazo colectivo.
Desde
Tandil, Fer creció envuelta en el humor
como refugio y punto de encuentro. Ese fue el lazo con sus padres desde la
infancia. En una charla reciente con Teleshow,
contó cómo, en su casa, reían juntos frente a la televisión. “Mi mamá era muy tímida y para abajo, mi
papá muy nervioso y para arriba. Cuando mirábamos cosas de humor, nos
conectábamos todos. Para mí tenía mucho
significado el humor. Los veía reírse y era una isla hermosa. Ahí fui observando mucho el humor”,
recordó.
En el
hogar de los Metilli, las noches frente a la pantalla eran rituales: desde las películas de Chaplin y Lolita
Torres en El Trece hasta Rompeportones y los programas del Canal
Volver. Ante cada sketch, el tiempo se detenía y Fer se sumergía en ese
universo, como si esa risa compartida fuera el lazo indestructible de la
familia.
Ahora, con sus padres reunidos en otro
plano, la comediante los despidió del modo más genuino: con palabras, con
agradecimiento y, sobre todo, con amor. Pero el destino, como si disfrutara
de sus propias paradojas, reservó una vuelta más. Horas después de despedir a
su padre, la actriz llegaba al día de su cumpleaños. El contraste entre la tristeza reciente y la obligación de celebrar la
vida le otorgó a la jornada un tono inigualable, difícil de explicar para quien
no haya transitado el dolor y la alegría en simultáneo.
La
persona encargada de narrar el día fue Agustín Aristarán, pareja y compañero
incondicional. Él recurrió a sus redes
para rendirle homenaje con una galería de imágenes donde se los ve abrazados,
sonriendo. Además, acompañó las fotos con palabras llenas de admiración: “Hoy cumple años el amor de mi vida.
Gracias, Fer, por enseñarme que se puede tener un tobogán en cualquier parte.
Qué suerte tenemos los que te conocemos. No
importa lo que pase, Fer Metilli saca fuerzas de donde sea y con su sonrisa
acomoda todo. Te amo, Fer”.
El posteo se llenó de mensajes cargados de afecto, reconocimiento y ternura. Amigos, familiares y seguidores celebraron a una mujer capaz de transformar las pérdidas en aprendizajes, y el dolor en impulso para seguir compartiendo alegría. Así, en una mezcla extraña de lágrimas y risas, Fer celebra un año más de vida, rodeada de quienes la aman y honrando la memoria de quienes la guiaron hasta aquí. La fecha quedará grabada como una jornada de amor incondicional, resiliencia y gratitud.