Poder enviar datos desde otro dispositivo a tu móvil por Internet, mensajes a uno mismo en apps de mensajería, o a través de la nube o el Bluetooth está bien. Pero la conexión cableada sigue siendo más rápida a la hora de mover los datos desde o hacia tu Android.
Aunque la velocidad de transmisión puede depender de la versión de USB-C que integre cada fabricante, y cuando conectas dos dispositivos entre sí la velocidad es la máxima del más lento de los dos, casi siempre será más rápido que transferir datos de forma inalámbrica.
Como este es un conector estandarizado y casi todos lo utilizan, también vas a poder conectar unidades de almacenamiento externo que usen también USB-C. Por ejemplo, hay algunos Pendrive y discos duros que lo usan, y también hay adaptadores para tarjetas SD o microSD. Esto te va a permitir llevar archivos grandes en estas unidades, y conectarlas al móvil para consumirlos.
Otra cosa que vas a poder hacer es usar tu Android como batería externa, algo especialmente útil en el caso de que tengas un modelo con una batería especialmente grande. Podrás conectar otro dispositivo a él, y cargar ese otro móvil o tableta. Eso sí, no te olvides de que esto hará que tu batería se agote más rápido.
Si tienes un adaptador para poder conectar el USB de tipo A que usan los ratones en el puerto USB-C de tu Android, vas a poder conectar un ratón para usarlo en tu móvil o tableta. Quizá en contextos como cuando has conectado un monitor pueda servirte para moverte un poco mejor por la interfaz. Además de un ratón, también podrás conectar un teclado, igual que lo que te hemos dicho antes de conectar un mando de control.