Una noticia que se hizo viral en las redes sociales y generó mucha preocupación en los mascoteros que viven en el Barrio Universitario es la de la muerte de una perrita a causa de envenenamiento, hecho ocurrido ayer en la Plaza Cristóforo Colombo, situada en Zelarrayán al 800.
Lara fue una de las testigos del lamentable suceso y, en diálogo con la redacción de BHInfo, contó: “Ayer, aproximadamente a las 19.30, fuimos con una amiga a la plaza a llevar a nuestras mascotas como todos los días. Llegamos, nos sentamos y vimos que también al costado había un chico con su perra Nala. Quiero aclarar que la plaza de noche es muy oscura y sinceramente no se ve bien lo que está pasando a poca distancia”, mencionó.
“Habrán pasado unos 15 minutos y el chico se acercó hacia nosotras con su perrita en brazos desvanecida, preguntándonos si podíamos llamar a una veterinaria. Nos dijo que su perra había comido algo y parecía envenenada. Le salía espuma. Llamamos y no nos atendió ninguna veterinaria, pero nos acordamos que en Perú y Zelarrayán hay un Petshop con veterinaria, así que el chico salió corriendo con la perrita”, detalló la joven.
“Con Caro, la chica con la que había ido a la plaza, nos acercamos al Petshop para preguntar si el chico había llegado y así saber cómo estaba Nala, y la respuesta no fue la que queríamos escuchar: nos dijeron que cuando llegó, la perrita ya había fallecido”, se lamentó Lara.
“No sabemos qué comió la perra; lo que sí sabemos es que el efecto fue muy rápido. Fue cuestión de minutos. A esa plaza vamos muchos mascoteros y también van muchos nenes y adolescentes que salen de la escuela; a una cuadra está el Colegio Claret. En años anteriores también se han envenenado perros. Es una plaza oscura, no tiene cámaras. Hemos encontrado cosas que dan a entender que se hacen gualichos o algo por el estilo. Un día apareció un arma tirada en el pasto”, recordó.
“Hoy fue Zoonosis con un veterinario, pero tengo entendido que no se encontró nada. Nosotros tenemos un grupo mascotero y estamos todos muy preocupados y tristes porque vamos siempre a ese lugar y, más allá que vimos cosas raras como lo que conté, nunca pensamos que algo así nos iba a tocar de cerca”, agregó Lara, que nos contó que pudo contactarse con el dueño de la mascota, quien le aseguró que "fue todo muy rápido", que el animal "comió algo" y que "enseguida escupió una parte y se desvaneció".
“En la plaza hay dos chicas que todos los días limpian. Hoy una integrante de nuestro grupo mascotero se acercó a contarles lo que había pasado. Le dijeron que la Municipalidad manda a gente a poner cebos para ratas y que los colocan así nomás, pero después hablamos con una veterinaria y nos dijo que el cebo no mata tan rápido a un perro. No sé qué pudo haber sido lo que mató a Nala”, completó la joven.