Ale Kurz es cantante de 'El Bordo'. Melómano, detallista, empático y un disfrutador serial de la vida. Su banda ya cumplió 25 años de trayectoria, y aún se siguen emocionando cuando una canción sale redondita, cuando un concierto los estremece. El Bordo es familia, así se ven y así hacen sentir a sus seguidores. En diálogo con Rubén García, en 'Me gusta', Ale charló sobre la pandemia, el nuevo disco, Luceros y su vuelta a la ciudad.
El Bordo parece ser una banda que no tiene un método, una fórmula. ¿Nos podés confirmar esto?
Yo creo que uno se maneja, no como quiere, sino como puede. Es cierto que el último disco tardó mucho en salir, la verdad que hubo en el medio una pandemia, un disco solista mío y el disco que yo originalmente quería que grabemos el 2019 lo terminamos grabando en el 2022 y salió en el 2023, de hecho todavía no lo presentamos porque ahora vamos a celebrar 25 años en el Luna y la presentación del disco queda pendiente, así que sí puede ser, no tenemos el manual, pero bueno también yo no creo en la fórmula, entonces de hecho pienso que las fórmulas son malas porque te obligan a repetir. Esto lo vuelvo a hacer porque si y me parece que está bueno, en realidad, siempre hice lo que no sentí que estaba bien, que no siempre es lo correcto.
Leímos en las redes de 'El Bordo' que grabaron la canción más hermosa de la historia de la banda.
Me parece que una buena canción es un bien de la sociedad, es algo que nos queda a todos, que nos acompaña, que nos hace bien. Incluso que las canciones son entes que tienen vida propia, que nos usa a los compositores para bajar, pero en realidad las canciones sencillas existen y después ya ni siquiera son del autor son de la gente, es del que está, el que quiere a esa canción, después ya ni siquiera es tuya.
Es hermoso el tema que grabamos, es un inédito, que salió en un disco en vivo, pero no tiene una versión de estudio, y bueno se me ocurrió, vamos a hacer una versión, una reversión de esa canción que es muy querida por la gente, pero que no tiene versión de estudio. Con el motivo de los 25 años y la celebración en una Park estaba bueno darle un regalo ahí a a nuestros seguidores.
Se dio la oportunidad de grabar en un estudio que se llama "La Roca Power Studio" que es el estudio más increíble que conocí. Tiene vínculo con Gibson con la marca de guitarras, así que había las 30 Gibson más hermosas que vi en mi vida. Adoramos ese estudio.
Te diste un montón de gustos en cuanto a colaboraciones. Lo que se llama feats,encuentros y demás. ¿Tenés alguno que te quede pendiente o alguno que desees?.
Me gustaría hacer algo con Andrés Ciro Martínez.
¿Te animás a elegir 5 canciones de la historia del rock nacional? Así rápido, sin pensar mucho.
'Mil horas' de los Abuelos De La Nada; 'Bajan' de Luis Alberto Spinetta; 'Luna herida' de Carajo; 'Descartable' de Wos; y ya que estamos hablando con vos, una de Luceros, la que habla del gol de Medero, 'El último poeta maldito'.
Arrancaste con tu carrera solista no hace tanto. ¿Cómo hace tu cabeza para saber cuándo una canción es para El Bordo y cuando para tu etapa solitaria?
Estoy abierto a lo que vaya a suceder en ambos lienzos. Yo creo que son son posibilidades, que tengo para para expresar, para sacar lo que tengo dentro, sacarlo para afuera. Entonces no, no sabría decirte cuál sería. Inicialmente era como que bueno lo más power iba a ser lo más grande y lo tenía que hacer para El Bordo, pero bueno, la verdad es que no sé, en este momento tengo un par de temas nuevos ahí y estoy en esa disyuntiva todavía no sé para dónde irán.
¿Creés que los recitales son un bálsamo, un oásis entre tanta información, conexión, avalancha de data?
Yo creo que somos momentos que nos regalamos, instantes eternos. Yo creo que el tiempo es una medida obviamente, y no tiene que ver con que mientras más tiempo, es más importante algo o menos importante, pero sí que si nos brindamos esos momentos de entrega total; un abrazo con alguien o teniendo una charla que quizás puede ser trascendental, pero que estás escuchando un amigo o una amiga y estás cara a cara. Me parece que eso vale un montonazo.
Está comprobado científicamente que si vos dejaste el teléfono arriba de la mesa por más que no lo mires, hablás menos con la persona que está a tu lado, porque lo tenés ahí al teléfono y parte de tu energía o de tu atención o llamale como quieras puesta ahí, aunque no lo estés encendiendo y este boca abajo. Me parece que lo humano es la música, tiene algo algo esencial y cuando vas a ver un concierto y te vos te entregás a esa vibración, sucede la magia.