Como siempre a esta altura del año, la Real Academia Española
nos regala un resumen de las palabras que, consagradas por los académicos, se
hermanan con las más de noventa y tres mil palabras reunidas desde que se fundó
la Academia, en 1713, según su edición 23°, publicada hace ya diez años, en
2014.
Hay algunas expresiones curiosas, otras bellas y sugerentes,
otras que hacen tanto ruido que te machacan los oídos y hasta expresiones
compuestas por más de una palabra. Entre ellas: “centro de salud”, “unidad
móvil”, “voto castigo” o “de castigo”, “zona cero” o “zona de confort”. Por
ejemplo, “zona de confort” implica: “Estado mental o situación en que prevalece
la sensación de seguridad y de comodidad con lo conocido”.
Vamos, que a eso, antes, se le podía llamar vagancia. Pero
no: la RAE define a vagancia como “pereza y falta de ganas de hacer algo”.
Cuestión de matices. El “voto castigo” o “de castigo” es aquel que “se concede
a una opción con el propósito preferente de perjudicar a otra”. El secreto de
la acepción está en la palabra “preferente”. La sutileza de los académicos es
fantástica.
Como los tiempos cambian, y a velocidad, el diccionario de
la RAE incluyó la palabra “teletrabajar”, que es “trabajar en régimen de
teletrabajo”, lo que suena obvio, pero no lo es. Teletrabajo es un sustantivo y
teletrabajar un verbo intransitivo. Teletrabajo es el que “se realiza a
distancia utilizando las redes de telecomunicación”. Como verbo, teletrabajar
tiene una conjugación trabajosa, precisamente: “Yo he teletrabajado, él ha
teletrabajado…”. Y el que lo teletrabaje buen teletrabajador será.
La cocina se lleva unos buenos platos entre las nuevas
palabras incorporadas al diccionario de la RAE. “Barista” designa a la “persona
experta en la preparación y presentación del café u otras bebidas elaboradas
con él”, y también a la persona “que tiene o atiende un bar o una cafetería”.
“Tabulé” es un plato que llega de Medio Oriente, “elaborado principalmente a base de sémola de trigo, tomate, cebolla, perejil y hojas de hierbabuena, y aderezado con aceite de oliva y zumo de limón.” Debe estar buenísimo. Luego, la palabra “umami” es un adjetivo que habla de “un sabor intenso y sabroso, debido especialmente al glutamato presente en algunos alimentos, como la salsa de soja o el queso curado”. Se incorporó un término acuñado por el uso, “frapé”: “Dicho de una bebida que se prepara con hielo picado o se sirve muy fría”.