El optimismo por la aprobación del proyecto de boleta única de papel, como instrumento de votación para las elecciones nacionales, todavía no tiene traslado político en Buenos Aires.
Axel Kicillof no adoptaría ese
mecanismo electoral, en reemplazo de la denominada boleta partidaria, e iría a
las legislativas provincial 2025 en forma desdoblada del comicio nacional.
Aunque todavía falta el trámite parlamentario en Diputados
del Congreso Nacional para transformar la propuesta en ley, desde Unión por la
Patria (UP) se adelantan en advertir que resultaría “impracticable” la adopción
de la boleta única por la abundante cantidad de candidatos que deben
presentarse en los 135 distritos bonaerenses.
Hay, en apariencia, una cuestión de logística y otra de
consideración política: la elección provincial anticipada le permitiría al
gobernador ponerse al frente de la campaña. “Provincializaría la pelea
electoral”, sostienen en su cercanía. Pero, también, se instalaría como el
“motorman” de UP, distante de la dialéctica directa con Javier Milei, en caso
de que el presidente mantenga los mismos índices de aprobación del momento actual.
En cualquiera de las alternativas, el año próximo, Kicillof
disputa buena parte de su crédito para la presidencial 2027. Y es una prueba
para dirimir liderazgo con Cristina Fernández (en forma subsidiaria con Máximo
Kirchner) en el principal distrito del país.
Es una complejidad precedente a cualquier decisión electoral del gobernador. Todavía está a resguardo de esa tensión partidaria. Ambos estuvieron de buenas en el acto de la ex vicepresidenta en Merlo. Llegará el momento de obediencias o disloques. Será en el momento del armado de lista en cada pueblo de la extensa geografía bonaerense.