El gluten es un grupo de varias proteínas que se encuentran
en ciertos granos, como el trigo, la cebada y el centeno, que puede generar
problemas digestivos en algunas personas.
En la elaboración de panificados y productos de panadería,
el gluten cumple una variedad de funciones beneficiosas, pero en las personas
con enfermedad celíaca presenta inconvenientes para el organismo.
La harina sin gluten se obtiene a partir de cereales y
granos que no contienen esta proteína, como el arroz, el maíz, la quinoa, el
mijo y el amaranto, entre otros.
Y debido a que la enfermedad celíaca es una condición
autoinmune en la que el consumo de gluten daña el revestimiento del intestino
delgado, e impide la correcta absorción de nutrientes, para quienes padecen
esta enfermedad, consumir harina sin gluten es fundamental para evitar síntomas
como dolor abdominal, diarrea, fatiga y pérdida de peso.
Sin embargo, en el resto de las personas, una alimentación
libre de gluten podría tener algunos beneficios, según los especialistas. Es
por ello que enumeran:
Mejora de la digestión. El consumo de harina sin gluten
puede ser beneficioso para quienes tienen sensibilidad al gluten no celíaca,
una condición en la que las personas experimentan síntomas similares a los de
la enfermedad celíaca, pero sin daño intestinal. Estos signos incluyen
hinchazón, gases y malestar estomacal. Incluso, su consumo puede contribuir a
mejorar la digestión y disminuir estos malestares.
Aumento de la energía. Muchos consumidores de harina sin
gluten reportan sentir un aumento en sus niveles de energía. Esto podría
deberse a una mejor absorción de nutrientes y una digestión más eficiente, lo
que permite al organismo aprovechar la energía de los alimentos de manera más
efectiva.
Reducción de la inflamación. Algunas investigaciones
sugieren que una dieta libre de gluten puede ayudar a reducir la inflamación en
personas con enfermedades autoinmunes. La inflamación crónica se asocia con
varias condiciones de salud, como la artritis reumatoide, el lupus y la
tiroiditis de Hashimoto. Consumir harina sin gluten podría contribuir a
disminuir los niveles de inflamación en el cuerpo.
Control del peso. El consumo de harina sin gluten puede
facilitar la gestión del peso, ya que muchas harinas sin gluten tienen un
índice glucémico más bajo en comparación con la harina de trigo tradicional.
Esto significa que provocan un aumento más lento y sostenido de los niveles de
azúcar en la sangre, ayudando a evitar picos y caídas bruscas que pueden
desencadenar antojos y consumo excesivo de alimentos.
Beneficios para la piel. Una dieta sin gluten puede mejorar
la salud de la piel. Algunas personas con sensibilidad al gluten experimentan
problemas de piel como eczema y acné. Al eliminar el gluten de la dieta, se
puede observar una disminución en estos problemas, lo que resulta en una piel
más clara y saludable.
Apoyo al sistema inmunológico. Puede fortalecer el sistema
inmunológico, especialmente en personas con enfermedad celíaca o sensibilidad
al gluten. Al reducir la inflamación y mejorar la absorción de nutrientes, el
cuerpo puede responder de manera más efectiva a las infecciones y otras enfermedades.