Al filo de los 10 días reglamentarios para vetar la ley, Javier Milei finalmente firmó el veto a la mejora en las jubilaciones que aprobó el Congreso bajo la explicación de que sería un golpe a las cuentas fiscales del Gobierno, poniendo el superávit y el plan económico en riesgo.
La rúbrica llegó luego de la reunión que el Presidente mantuvo en Casa Rosada con los diputados y senadores de La Libertad Avanza y los miembros aliados de la Cámara baja, con quienes definió una hoja de ruta legislativa y un apoyo a la hora de votar para ratificar el veto presidencial.
El decreto recién saldría publicado en el Boletín Oficial el próximo lunes.
Los últimos reveses sufridos por el Gobierno en el Congreso de la Nación encendieron las alarmas del presidente Javier Milei, que este viernes convocó a una reunión en Casa Rosada con diputados del PRO, el MID y su bancada de La Libertad Avanza.
Además de Milei, participaron el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y los presidentes de bloque de LLA, Gabriel Bornoroni; del PRO, Cristian Ritondo, del MID, Oscar Zago. También se hicieron presentes distintos legisladores, entre ellos José Luis Espert, María Eugenia Vidal, Luciano Laspina, Diego Santilli, Silvana Giudici, entre otros.
La intención del encuentro era dialogar sobre el anunciado veto a la reforma jubilatoria, con el objetivo de garantizarse que no habrá posibilidad de que la oposición logre reunir los dos tercios en ambas cámaras para rechazarlo. Ese es el número que se necesita tanto en Diputados como en el Senado para bloquear los proyectos del oficialismo.
Otro tema central en el interés del Gobierno -y de las bancadas citadas- es la de conformar un interbloque para ganar músculo político. Hoy La Libertad Avanza tiene solo 37 diputados y 6 senadores, lo que lo deja en una situación de absoluta inferioridad al momento de negociar. Si suma al PRO y al bloque de Zago, logrará mayor poder de fuego.