Con la apertura de la pandemia proliferaron este tipo de
vehículos en la ciudad. Qué ocurre hoy, cómo lo ven los inspectores de tránsito
y qué opinión tienen los usuarios.
Al comienzo, como todo, fue cruzarse apenas un monopatín
eléctrico por el centro y todo el mundo se daba vuelta observando la novedad.
Luego dos, tres, diez y hoy son un medio de locomoción más.
Tal cual comentan en un local especializado de la primera
cuadra de calle Drago, “quizás el boom pasó un poco, pero todo el tiempo nos
consultan por costos, vida útil, mantenimiento, y si te pones a pensar, es algo
muy específico”.
Lejos de lo que puede suponerse, para esta tienda “la
demanda nunca decayó, o al menos, como cualquier otra venta en estos meses de
vacas flacas que vivimos, bajó a la par de otros productos”.
En calle Sarmiento hay otro de los varios locales que tienen
entre sus productos vehículos de este tipo, y para ellos la situación es
similar.
“La gente lo adoptó como un medio de transporte más. Antes
era la bicicleta o la moto. Hoy el monopatín eléctrico es una variante más que
se toma muy en serio. Sí, quizás no es el boom de hace dos años, pero tiene su
nicho, su público, y se sigue comprando” mencionaron.
Incluso, según información que pudo recabar en el trabajo de
campo la redacción de BHInfo, algunas grandes cadenas nacionales que operan en
Bahía, si bien no cuentan con monopatines eléctricos en la sucursal local, sí
disponen en sus sitios web y sus vendedores dan fe de que el producto se mueve
y es requerido.
Otra arista importante al respecto es la que dan sus
usuarios, ya que por algo eligieron este medio de transporte por encima de
otros.
Delfina es docente y según ella, “es la forma más práctica
que encontré para moverme. No gasto en combustible, no necesito carnet, no me
ocupa lugar ni me mancha como puede pasar con la cadena de una bici, y al mismo
tiempo no transpiro al usarla”.
En esa línea Juan, que trabaja de administrativo en el micro
centro, le agregó que “siento que me respetan más que cuando voy en moto. Si
bien es otra velocidad, llego bien a todos lados y me lo permiten entrar, cosa
que con la moto no pasa”.
Otros interlocutores que conviven a diario con este
artefacto son los inspectores de tránsito. Raúl, que realizaba su rondín en
O´Higgins al 100, lo primero que aclaró es que “nosotros no tenemos injerencia
en ese tipo de vehículo, pero sí te puedo decir que cada vez se ven más”.
Aportando otro dato importante, sostuvo que “lo que sí vemos
es que cada vez lo usan con más consciencia. Al principio no respetaban normas
de tránsito ni medidas de seguridad y eso generaba accidentes. Ahora es al
revés; son súper respetuosos y los menos no usan casco”.
Por último, esta redacción abordó a repartidores postales,
los cuales cada vez tienen más trabajo debido a las compras por internet.
Mario, uno de los de mayor experiencia, aseguró que
“nosotros en realidad no sabemos qué viene dentro de los paquetes, salvo que el
destinatario nos cuente, pero sí, cada vez vemos más casos. Nos orientamos por
el tipo de caja, o por el remitente, y se piden mucho”.
Ese detalle no es menor. A nivel general las ventas por
internet han explotado desde la pandemia, y por la inmediatez de los envíos y
la mayor oferta, son muchísimos los bahienses que se vuelcan a esa vía para
adquirir su monopatín.
Lo que queda claro es que más que una moda, esta reversión es un nuevo medio de transporte que cada vez más personas abrazan y se sienten a gusto. Será cuestión de subirse y dejarse llevar.