Por Pablo Romera (@pabloromera)
Hace poco cumplió 70 años de trayectoria en los medios de nuestra ciudad y por eso tendrá su merecido reconocimiento en el Concejo Deliberante.
Lejos quedaron aquellos tiempos donde Norman Fernández, con tan solo 12 años, empezó a experimentar lo que era el periodismo en la histórica LU3. Con esa edad ya producía los noticieros de la emisora y a comienzos de los 60 ingresó al Diario La Nueva Provincia y LU2, donde tendría una carrera exitosa, transformándose en uno de los periodistas más importantes de Bahía Blanca.
“Mis primeros vínculos con el periodismo fueron en LU3, por entonces filial de LR4 Radio Splendid de Buenos Aires, que funcionaba en Belgrano 29. Era un chiquilín que a los 12 años tuvo la oportunidad de debutar ante un micrófono con la lectura de las estadísticas de un partido de basquetbol entre Estrella y Alem”, comienza contando Norman.
“Luego fueron surgiendo otras oportunidades en la misma emisora, como pasar a formar parte del Servicio Informativo, donde tuve como maestros a Esteban Dobal y Mario Gabrielli. Allí las primeras experiencias en el periodismo radial, con las limitaciones técnicas de la época, hasta que en 1963 se me presentó la oportunidad de incorporarme a la redacción de La Nueva Provincia y el Informativo de LU2. Aquellos comienzos me demostraron que la mejor elección había sido abrazarme a la radio, desechando la posibilidad de iniciar alguna carrera universitaria luego de cursar el bachillerato en el Colegio Nacional”, concluyó.
Claramente en todo ese tiempo hubo momentos muchos gratos y de los otros. “Momentos complejos fueron los que se vivieron cuando el diario debió soportar amenazas y algunos ataques de sectores que no coincidían con su línea de pensamiento en la década del 70. Del resto de mis años en el periodismo solo puedo decir que fueron gratos, porque me permitieron ejercer con libertad la vocación que tuve desde muy joven, tener excelentes colegas como compañeros y conocer a figuras resonantes de la vida nacional en diversos órdenes.”
Reconocimiento en la Sociedad Rural Argentina
A esta altura, no caben dudas que para ser periodista se necesita muchísima vocación. Esa vocación se despertó muy de chico para Norman y queda bien claro cuando afirma que “no tuve tiempo para pensar en una actividad alternativa. Desde comienzos de la década del 50 la radio despertó en mí una atracción singular que me hizo vivir con ella desde entonces. La radio era mi compañera y así fui moldeando los primeros aprendizajes del periodismo.”
La tecnología siempre fue fundamental para el avance de las comunicaciones, de los medios y, en definitiva, de los periodistas. “Indudablemente, los cambios técnicos en los medios han sido extraordinarios, sobre todo en los últimos años. Agudo contraste con aquellos precarios recursos con los que contábamos en LU3, en tiempos en los cuales solo disponíamos de una radio, un teléfono y una máquina de escribir. Admiro a quienes han creado todas las innovaciones de estos años, aunque reconozco que soy muy limitado en su aprovechamiento. No quiero imaginarme lo que esas mentes privilegiadas estarán produciendo en estos momentos…”
Norman fue protagonista en primera persona de uno de los hechos más importantes en la historia mediática de nuestra ciudad. Fue la primera persona en verse en color en la televisión local, a las 00 horas del 30 de abril de 1980. “Fue una enorme satisfacción que me tocara inaugurar en nuestra ciudad la televisión color el 30 de abril de 1980 a las 24 con el noticiero Cierre de Página, en Canal 9. Para los bahienses, resultó un cambio extraordinario y para mí una experiencia que todavía me depara satisfacciones de quienes evocan aquella jornada.”
Al igual que otras profesiones, ser periodista requiere de mucha dedicación, de mucho tiempo fuera de casa, de reuniones, de viajes, de coberturas y de fines de semana cargado de trabajo, entre otras cosas. “Solo tengo un profundo reconocimiento hacia mi esposa y mis cuatro hijos por lo que me acompañaron siempre. Lamentablemente, ella falleció en agosto del año pasado después de haber compartido 7 años de noviazgo y 57 de matrimonio. Entiendo que 64 años junto a un periodista fueron la demostración de que el amor prevalece por sobre los avatares que puede suponer cualquier actividad laboral.”