Con una marca legendaria de 14 títulos, el tenista español Rafael
Nadal perdió ante el alemán Alexander Zverev por 3-6, 6-7 (5) y 3-6 y quedó
eliminado en la primera ronda de su último Roland Garros. La pista central Philippe-Chatrier
estuvo totalmente colmada, algo que nunca antes se había visto en este Grand
Slam.
Nadal, con pantalón y
cinta en la frente de color blanco, y camiseta y zapatillas azul turquesa
claro, afrontó las limitaciones que le impuso la poca actividad que ha
tenido en los últimos meses debido a problemas físicos para plantar cara al
número 4 del mundo. Y por vez primera en toda su carrera encadenó dos
derrotas consecutivas sobre tierra batida.
El resultado
final fue tan apelable como el partido, que tuvo un único dominador, salvo un intento
de rebelión del español en las postrimerías del segundo set y en el inicio del
tercero, que acalló el germano elevando el nivel para no dar esperanzas a su
rival y a la grada que lo aclamaba desde un principio.
Nadie quería
perdérselo. En las butacas estaban dos números 1, el serbio Novak Djokovic
-con quien Rafa ha mantenido la mayor rivalidad de la historia del
tenis- y la polaca Iga Swatek -confesa devota de Nadal-,
además de Carlos Alcaraz, su heredero natural.
Aplaudían las
buenas jugadas de Zverev, aunque jaleaba y celebraba aún más los tantos
de Nadal, o emitía lamentos con sus fallos. No solo porque
estuvieran mayoritariamente a su favor, deseosos de no perder en primera ronda
a un tenista que simboliza como ninguno este torneo, sino que no querían que el
encuentro se consumiera rápido, en tres sets, tal como ocurrió.
Al final Nadal -se
adjudicó el título de Roland Garros en 2005, 2006, 2007, 2008, 2010,
2011, 2012, 2013, 2014, 2017, 2018, 2019, 2020, 2022, mientras que en
la edición de 2023 no participó- se despidió del público, avisó
que "seguramente" será su último baile en la central,
aunque reiteró que no lo asegura al 100 por 100, agradeció el apoyo de la grada
y dijo adiós: "Lo que siento ahora es difícil de describir, es algo
muy especial que siempre llevaré en mi corazón".
El ganador
de 22 títulos de Grand Slam contó que le queda todavía para poder
rivalizar contra jugadores como Zverev, pero demostró que su apuesta por seguir un
año más, a punto de cumplir los 38, no era tan ilusa como algunos pretendían y
que su sueño de volver a París para los Juegos Olímpicos dentro de
dos meses tampoco es una quimera.
De esta manera, Zverev -flamante último campeón del
Masters 1000 de Roma- se enfrentará en la próxima instancia contra el ganador
del encuentro que reúne al invitado local y reciente campeón en Lyon, Giovanni
Mpetshi Perricard, y el belga David Goffin.
NADAL SE DESPIDIÓ
DE ROLAND GARROS
"Si es la última vez, lo he disfrutado", confesó un emocionado Rafael Nadal al público de Roland Garros tras caer derrotado en primera ronda ante al alemán Alexander Zverev en tres sets.
"Es difícil para mí hablar, no sé si será sea la última vez
que esté aquí delante de ustedes", dijo un muy emocionado Nadal entre
las ovaciones del público, que hoy batió un récord al llenar la pista principal
(15.225 entradas) en un duelo de primera ronda.
La ocasión lo merecía, ya que podía ser la despedida del hombre
que ha batido todas las marcas en el único Grand Slam en tierra batida, con 14
triunfos individuales.
Y tanto lo merecía la ocasión que la organización le dio el
micrófono para dirigirse al público tras el partido, algo muy inusual para los
derrotados, entre ovaciones y cánticos de "¡Rafa, Rafa!".
El tenista español le contó a un público entregado que hay
"un buen porcentaje" de posibilidades de que "no" volverá
"a jugar aquí en Roland Garros, pero" que "no" puede
"decirlo al 100 por 100". "Puede que en dos meses
diga que ya es bastante", aunque "aún no lo siento",
apuntó el astro.
En todo caso, sí afirmó su deseo de retornar a París este mismo año
para otra competición muy especial. "Quiero volver a esta pista para
los Juegos Olímpicos", afirmó entre las ovaciones.
Nadal explicó que tras
dos años "muy duros" en términos de lesiones tenía el sueño de volver
a Roland Garros, pero reconoció que "no ha sido bastante ante un
jugador como (el alemán) Sasha" Zverev, actual número 4 del mundo. "Tengo
que felicitar a Sasha por este gran partido", dijo sobre su rival,
al que deseó "lo mejor en el resto del torneo".
Nadal, a punto de
cumplir -lo hará la próxima semana- 38 años y que logró su primer
Roland Garros con sólo 19, en 2005, se despidió de su fiel público de París
con unas palabras de reconocimiento al cariño que ha recibido en un torneo que
le tiene como a uno de sus grandes ídolos.
"Los sentimientos que he tenido aquí han sido realmente inolvidables. Gracias desde el fondo de mi corazón", sentenció.