

El deseo de comer algo dulce o salado antes de dormir es una
experiencia común, aunque este hábito suele provocar molestias como reflujo
ácido o malestar estomacal.
Según expertos consultados por REAL SIMPLE y por
especialistas de Harvard Health, estos antojos nocturnos suelen estar
relacionados con ciertos hábitos alimenticios cotidianos.
Identificar y modificar estos comportamientos puede ayudar a
reducir la necesidad de picar antes de acostarse. Nutricionistas explican
cuáles son estos factores y presentan recomendaciones prácticas para
manejarlos.
La distinción entre hambre y antojo resulta esencial para
comprender el origen de estos impulsos nocturnos. Alex Caspero, nutricionista y
fundadora de Delish Knowledge, explicó a Real Simple: “Puedes sentirte
satisfecho y aun así tener antojo de algo”.