A pesar de la
ansiedad de los argentinos por ver la confirmación de Franco Colapinto como uno de los 22 pilotos que tendrá la Fórmula
1en 2026, desde Alpine avisaron que la decisión definitiva todavía “está un poco
lejos”, más allá de que no haya nada para pensar que no vaya a ser la esperada.
A seis fechas del
final, el equipo francés intenta
redondear una temporada para el olvido, último en el Campeonato de
Constructores con solo 20 puntos sumados por Pierre Gasly. No ven la hora que
llegue el 2026, un “barajar y dar de
nuevo” por los cambios reglamentarios y su paso a los motores Mercedes, ya sin
Renault.
Por más que Flavio
Briatore, el jefe de equipo, haya planteado una especie de batalla interna por
el puesto de segundo piloto para el año que viene, ya es inocultable que Colapinto no tiene competencia porque Paul Aron
-el tester- sería una apuesta
riesgosísima, ya que no suma más que un puñado de prácticas en F1.
En las últimas
carreras, Colapinto mostró señales
claras de evolución y superó a Gasly, algo que fue reconocido por el director
general Steve Nielsen. “Está a la altura de Pierre, lo cual es muy bueno”,
afirmó antes del Gran Premio de Singapur, donde
el #43 volvió a terminar por encima del #10 en clasificación y carrera.
Desde el equipo
mantienen la cautela, pero reconocen que,
si mantiene este nivel, su lugar para 2026 será una realidad. “Si sigue
rindiendo así, no veo razones para que no siga”, señaló Nielsen, quien aclaró que Aron tendrá una chance más
hacia fin de año, en reemplazo de Gasly durante una práctica libre (esto
está reglamentado).
De esta forma, el anuncio parece sólo cuestión de tiempo. No son pocos los que especulan con que se dé en México (26/10) o Brasil (9/11), por un guiño a la presencia latinoamericana de sus principales auspiciantes (Claro, Mercado Libre, YPF...). Alpine, al menos en “on”, lo patea para adelante. Mientras tanto, este finde en Austin para el GP de los Estados Unidos, Colapinto tendrá -hasta donde el auto se lo permita- una nueva oportunidad de demostrar los motivos que lo hacen ganar una disputa que, al final, nunca existió.