Cristina Fernández, condenada a seis años de prisión por la
causa vialidad, volvió a utilizar sus redes sociales, esta vez, para quejarse
por el régimen de visitas que le pusieron en su arresto domiciliario.
Según explicó pueden ir hasta su domicilio y con previo
listado “únicamente mi núcleo familiar, mis abogados y mis médicos”.
A su criterio debería tener visitas mucho más flexibles, ya
que expuso que “el resto de mis relaciones con el mundo exterior… amigos,
amigas, compañeros, compañeras… y otras personas que conozco y me vinculo por
el sólo hecho de ser una persona que tiene vida… cada vez que quieran visitarme
deberán presentar una solicitud”.
Desconociendo totalmente su condición de detenida, y por ende, de su privación de la libertad por encontrarse bajo la pena impuesta en dos ocasiones, agregó: “De mis derechos políticos, mejor ni hablemos… te la debo”.