Nicolás Ramírez, el árbitro que mayor
consenso tenía tanto en River como en Boca, fue designado por la Liga Profesional como el responsable de dirigir el
Superclásico que se jugará este
domingo en El Monumental, a partir de
las 15.30, en el marco de la fecha 15 del Torneo Apertura.
Ramírez fue el árbitro en el último cruce
entre ambos (el único que dirigió por ahora) y si bien en el “Xeneize” quedó un sabor amargo porque decidió anular
el gol de Milton Giménez por mano en la última jugada del 1-0 en La Bombonera, lo preferían por sobre las
otras dos alternativas.
Tal
como sucedió en el último Boca-River, Ramírez
le ganó la pulseada a Facundo Tello y Yael Falcón Pérez, los otros candidatos
que sonaban con fuerza, y tendrá la tarea de tomar las riendas del partido
más convocante del país por segunda vez consecutiva.
¿Cómo
le fue a cada uno con el juez de 38 años? El
récord de River con él es de 3 triunfos, 3 empates y 4 derrotas en 10 partidos,
incluida la igualdad y posterior caída por penales ante Talleres por la
Supercopa Internacional. En Boca, el historial es diferente: ganó 6 y
perdió 3 en los 9 encuentros que dirigió.
Nacido
en noviembre de 1986 en la localidad bonaerense de González Catán, Ramírez tenía el sueño de jugar al fútbol
en la Primera División, pero eligió estudiar Educación Física en la Universidad
Nacional de La Matanza, mientras realizaba el curso de arbitraje. Durante
uno de los clásicos torneos universitarios, al entonces atacante le llegó la oportunidad de hacer una prueba en un
equipo del corazón de la provincia de Buenos Aires, a unos pocos kilómetros de
Carlos Casares.
“Una vez jugamos un amistoso contra la
Cuarta de Boca y me vio una persona allegada a (Daniel) Tato Márquez. A la
semana se contactaron conmigo del Club Agustín Álvarez (de 9 de Julio) y me ofrecieron hacer una prueba porque
estaban buscando un centro delantero”, contó en una charla con el diario El 9 de Julio.
Luego
de realizar una prueba, en la que convirtió un par de goles, decidieron apostar
por él e incorporarlo a las filas del cuadro con 95 años de historia: “En cierto modo fue una revancha para mí,
que había estado distanciado del fútbol, por la desilusión de no haber llegado
a la Primera División de AFA. Me permitió volver a tener ganas de jugar al
fútbol y estar ligado a esta actividad que me encantó siempre desde chico”,
añadió. Incluso, todavía se conservan en
Internet fotos suyas con la camiseta roja, que vistió entre 2009 y 2011.
¿Cuándo
abandonó los terrenos de Agustín Álvarez? En
el momento que lo llamaron desde el ente regulador del fútbol nacional para que
fuera árbitro afiliado. Si bien en los primeros meses volvía a la ciudad si
tenía algún hueco de tiempo, luego tuvo
que abocarse completamente al referato.
“Cuando empecé me vieron condiciones como
para, en poco tiempo, empezar a dirigir en categorías superiores. En un
momento tuve que tomar la decisión. Desde la Dirección Arbitral de AFA me
dijeron que me dedicara de lleno a esto. Así
comencé con fútbol infantil, inferiores y después con el ascenso en Zona
Metropolitana”, reveló.
A partir de allí, su progreso fue raudo. Al cabo de seis años ya estaba debutando en la máxima categoría y había tenido algunas finales de ascenso sobre el lomo. Sin embargo, una lesión en el sóleo y otra en el nervio ciático le impidieron transformarse en árbitro internacional hasta 2023, pese al deseo de Horacio Elizondo -primer argentino en dirigir una final de la Copa del Mundo- de que lo hiciera mucho tiempo antes.