Demostraron que no solo de las ciudades más grandes se puede crecer y trabajar con calidad y excelencia. Empezaron bien de abajo, capaz que menos de cero y probaron hasta que la fórmula del éxito los alcanzo, pero no dejaron de correr. Médanos es la casa principal de Puna Microcervecería pero ya los podés encontrar por varios lados del país. Están preparando su desembarco en Bahía y aunque por ahora está un poco crudo, no va a faltar mucho para que se establezcan y compitan en las "grandes ligas". Pani Damiani conversó con Rubén García en Fm "Me Gusta" para conocer pasado, presente y futuro de Puna:
"Desde Puna, como fábrica, intentamos generar un producto de calidad, llegar a todo el país que es como la misión, en algún momento en los próximos cinco años poder decir, ya estamos en todas las provincias del país con nuestra cerveza. El que no conoce está frente a la fábrica, pero unida con la fábrica. el ser de un pueblo donde no hubo nada durante mucho tiempo, nunca en realidad, bien puesto donde puedas pasar un buen momento comer algo rico, tomar buena birra, generamos esa experiencia".
Pani nos cuenta la historia con Majo Sánchez, su pareja y socia, y el proceso de alquimia para lograr las variedades: "Todo empezó con junto con mi socia, que es mi pareja Majo, cocinando en nuestra casa fuera de horario de nuestro trabajo, cocinamos en una ollita, tuvimos que aprender bien del proceso, bien de abajo y hoy en día ya el equipo de la fábrica son cinco o seis personas, de los cuales tenemos al encargado de la fábrica que es un cervecero, un colega, un amigo ya, que lleva adelante la fábrica junto con nosotros, así que juntos discutimos, probamos, nos peleamos bastante y vamos puliendo las recetas, probando cosas nuevas.
En la Copa Argentina este año presentamos una cerveza que es una cerveza lager que lo que queríamos hacer era que sea un vinito rosado, ese era el concepto de lo que queríamos hacer, para lograr algo así había que hacer una cerveza que tenga mucha tonalidad, porque un vino rosado es un vino piletero para tomar a las 7 de la tarde al lado de la pile, con una leve acidez fácil de tomar, el desafío era como lograr eso a través de una cerveza. Lo que hicimos fue hacer una cerveza de 10 grados de alcohol, la guardamos en una barrica de madera durante seis meses a esa barrica, la inocula Brett que es esa levadura salvaje que lo que hace es, entre otras cosas, acicar un poco la cerveza y darle unas notas frutales.
Muy de casualidad salió una colaboración con unos chicos que hacen vinos acá, que justo estaban prensando su nueva camada de vinos y me dicen: tengo pieles de uva, ¿Te sirven para algo?, así que tomamos esas pieles de uvas, le agregamos a la barrica y cuatro meses más tarde teníamos una cerveza que era un vinito rosado, así que la inscribimos y así fue reconocida en la copa más importante de Argentina".
"Tenemos que dejar de hablar tan complicado y personalmente entiendo que la birra es un producto que acompaña un momento, un momento de amigos, no me siento a tomar una birra solo generalmente, siempre acompañado y creo que es más importante el momento que el producto en si, que el producto tiene que acompañar ese momento más allá de los gustos personales. No me gusta complicar tanto y creo que está bueno pensar la birra desde ese lado, verla como una experiencia y acompañar con gastronomía como hacemos en Puna".
"Hemos invertido mucho en tecnología, en capacitaciones, todo el tiempo estamos en asesorías, en congresos, en estos días se hizo una charla que vino una eminencia de las levaduras. El cervecero tiene eso, es muy apasionado y comparte mucho la información que tiene y por eso podemos crecer como sector porque entendemos que no es cuestión que crezca yo sino que si no crecemos como sector en 10 años esto desaparece".
Para finalizar, Pani nos cuenta de "Crudo", el próximo proyecto que está a poco tiempo de desembarcar en la ciudad: "Nosotros hace unos meses tomamos la decisión de comenzar un proceso que se dividió en dos caminos, una parte era el de generar franquicias de la marca para poder llevar la experiencia real a través de esta pero hablando con la gente que nos asociamos, que son personas muy grosas en su sector, uno de ellos es el dueño de la cerrajería de Monte Hermoso, Lauro Guardialo y Juli Weyland, la chef. Con ellos teníamos una visión de algo que queríamos hacer, pero sabíamos que necesitamos gente tan buena o más que nosotros en cada uno de los sectores para poder realmente generar una experiencia diferente, así que ahí nace "Crudo" que es un bar cultural que va a abrir en Bahía Blanca, tal vez en octubre.
Con una experiencia y un laburo de la parte cultural y gastronómica un poco distinto a lo que se está viendo hoy en la ciudad, así que esperamos que funcione muy bien. Va a estar ubicado en Alsina y Cervantes, donde alguna vez estuvieron "Dos Morenas" o "Rostok".